Lamenta Ferran Torres, delantero del FC Barcelona, que muchos de los que le criticaban hace meses ni siquiera sabían decir bien su nombre. Asume que esas bofetadas son, la mayoría de las veces, gratuitas. Y ha aprendido a que no le afecten. Para eso va a terapia de manera regular. Para eso y para ser mejor. En el campo y fuera. Para asumir, también que el gol crea adicción y que eso puede ser tan bueno como estresante. Hoy, desde una posición privilegiada, como uno de los referentes en ataque del equipo de Flick, goleador en forma, habla sobre este final de temporada para el Barça y sobre cómo ha remontado el vuelo en esta entrevista con Juan I. Irigoyen e Irene Guevara. 

La evolución de Ferran Torres esta temporada simboliza perfectamente el trabajo hecho por Hansi Flick desde su llegada al Barcelona. Un entrenador no solo dispone a once jugadores como titulares antes de un partido, o planifica la táctica y la estrategia (y bien que nos sorprendió el germano al inicio del curso), también tiene la responsabilidad y el encargo de sacar lo mejor de los jugadores que tiene en su equipo. La labor psicológica es fundamental. Y este Barça joven e inexperto, que cargaba en la mochila decepciones y críticas, con futbolistas que, aparentemente, no "daban el nivel" para figurar en el Camp Nou (o en Montjuic), es una buena muestra de ello. Lo es especialmente Ferran, a quien Flick devolvió la confianza, dio responsabilidad y le descubrió una posición nueva sobre el campo, la de 9. Y así, como 9, el valenciano se siente feliz, resolutivo e importante. Su equipo viene de perder en semifinales de la Champions League y este domingo recibe al Real Madrid en su estadio. El clásico marcará el devenir de la Liga. Solo cuatro puntos separan ahora a los dos equipos. Los azulgrana van por delante: un triunfo les enfilará hasta el alirón; una derrota les dejará al rival a solo un punto y animará el final de la competición cuando solo quedan cuatro jornadas. 

Lamine Yamal y las dos caras del Barcelona

El Barça ha anotado 43 goles en la Champions, pero ha encajado 24 goles. El equipo de Flick, contagiado por el talento y la irreverencia del delantero, hace balance de la derrota al tiempo que oposita a convertirse en uno de los grandes animadores de las próximas Champions. Una historia de Juan I. Irigoyen. 

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Si la trayectoria se puede considerar milagrosa, ahora se trata de desmentir justamente que fue casual y tiene por tanto recorrido para el próximo ejercicio.

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